En contra
de que se apruebe antes de las elecciones está el tema de las alegaciones
y la necesidad de responsabilidad a todos del gran gasto del proyecto,
que requerirá una gran inversión pública quiere contar
con el resto de fuerzas –de los 6.000 millones de euros que costará,
1.200 lo pondrán los propietarios del suelo: Adif, Ministerio de
Fomento, Comunidad, Ayuntamiento, EMT y Canal de Isabel II–.
El 30 de enero
se desbloqueó el plan con un acuerdo firmado por las tres administraciones
que lo diseñaron –el Ministerio de Fomento, la Comunidad de Madrid
y el Ayuntamiento– y la empresa Distrito Castellana Norte, formada por
el BBVA (con un 75,5% de las participaciones) y la constructora San José
(con el resto). Este convenio suponía la modernización de
más de tres millones de metros cuadrados en este espacio en desuso
de la Castellana, destinando el 80 por ciento del suelo a infraestructuras
públicas. Además, se abarató la inversión.
En 2011, cuando se aprobó el plan parcial urbanístico, se
hablaba de 11.000 millones y en enero se rebajó a 6.000.
El Ministerio
de Fomento, la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento han suscrito un acuerdo
con la empresa Distrito Castellana Norte Madrid (participada en un 75,5%
por el BBVA y el 24,5% restante por la constructora San José) para
desarrollar durante los próximos 20 años un ámbito
de 320 hectáreas al norte de la capital conocido popularmente como
Operación Chamartín.
La inversión
total asciende a 5.974 millones de euros, de los que 4.800 serán
aportados por la empresa (3.500 para las edificaciones y 1.300 para infraestructuras).
El resto corresponderá a los propietarios del suelo: Adif (dos millones
de metros cuadrados), Fomento (104.000), la Comunidad (51.600), el Ayuntamiento
(166.000), el Canal de Isabel II (118.000), la EMT (153.000) y particulares
(557.000). Las Administraciones esperan obtener un beneficio de 3.300 millones
de euros de la operación, según fuentes municipales.
Distrito Castellana
Norte Madrid confía en empezar las obras a finales de año,
aunque no ha desvelado plazos ni las fases en las que se dividirá
la operación. Fuentes municipales indican que los trámites
administrativos (la aprobación del nuevo plan parcial urbanístico
por el Ayuntamiento y su refrendo por el Gobierno regional) estarán
concluidos antes de las elecciones locales y autonómicas de mayo.
La Operación
Chamartín se ideó en 1993, pero la falta de consenso entre
las tres Administraciones mantuvo bloqueado el proyecto hasta diciembre
de 2008. El plan parcial urbanístico aprobado en marzo de 2011 por
el Ayuntamiento de Madrid (gobernado entonces por Alberto Ruiz-Gallardón)
y refrendando posteriormente por el Gobierno regional (comandado por Esperanza
Aguirre) preveía liberar (mediante el soterramiento de las vías)
3,1 millones de metros cuadrados para hacer 17.000 viviendas (4.000 de
ellas, protegidas) y crear un barrio con 50.000 habitantes. La inversión
prevista era 11.000 millones, sufragada íntegramente por la operación
inmobiliaria.
El plan urbanístico
de 2011 fue recurrido y el Tribunal Superior de Justicia de Madrid lo anuló
en junio de 2013. El nuevo proyecto anunciado ayer soslaya los obstáculos
legales, según aseguran tanto la empresa como fuentes municipales.
Está previsto construir 17.000 viviendas, como en el plan anterior,
aunque sólo un 10% serán protegidas. La inversión
se ha reducido casi a la mitad porque las plusvalías previstas por
la venta de los pisos son muy inferiores, según admite la empresa.
El proyecto
se divide en cuatro zonas. La estación de Chamartín se ampliará
(en el plan anterior ganaba 100.000 metros cuadrados, pasando de 21 a 32
vías para recibir las líneas de alta velocidad del norte
del país) y sus vías se soterrarán bajo un parque
de 24 hectáreas. En su entorno se construirán 6.300 viviendas.
A su verá se levantará un área de negocios con 878.000
metros cuadrados de oficinas y una nueva parada de tren de cercanías.
Casi en la acera de enfrente de las cuatro torres de la Castellana se podrían
construir rascacielos de hasta 320 metros de altura, 70 más que
la torre de Cepsa (la más alta de Madrid).
El tercer sector
es la prolongación del paseo de la Castellana (3,7 kilómetros,
hasta llegar a la M-40), y la construcción de 10.000 viviendas en
la zona. Ese nuevo paseo contaría con un sistema de tranvía
sobre neumáticos (un autobús de alta capacidad) que, junto
a un carril-bici de 12,8 kilómetros, absorbería dos tercios
de los desplazamientos. El cuarto sector, en el extremo norte, albergará
180.000 metros cuadrados para empresas y actividades tecnológicas.
En total, el
80% del ámbito se dedicará a infraestructuras públicas
(la cuarta parte, de uso exclusivo ferroviario), con 566.000 metros cuadrados
de zonas verdes y 25.000 nuevos árboles. Se construirán una
nueva estación de cercanías (entre Fuencarral y Chamartín),
además de ampliar la de Fuencarral; y tres nuevas estaciones de
metro (además de ampliar la de Begoña), cuya ubicación
determinará el Consorcio Regional de Transportes. Está previsto
además ampliar los nudos de conexión con la M-30 (con accesos
soterrados) y la M-40.
El nuevo tranvía
sobre neumáticos no sólo circulará por la Castellana,
sino que está previsto que se extienda perpendicularmente para cubrir
los barrios de Las Tablas y Sanchinarro, y alcanzar a las ciudades financieras
del BBVA y Telefónica, y al centro comercial de El Corte Inglés,
descongestionando el tráfico en la zona.
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