Nueva York
parecía la mejor colocada por contar con un emplazamiento perfecto
justo enfrente del Museo de Arte Moderno (MoMA), del que Ambasz fue conservador
entre 1969 y 1976. Pero el tesón de Botella y la inclinación
sentimental del arquitecto hacia España le llevaron a decidirse
hace dos años por Madrid.
Una vez constatado
el interés de Ambasz en el inmueble, el Ayuntamiento fue preparando
el camino: en noviembre de 2012 transfirió el edificio ubicado en
el número 30 del paseo del Prado al área municipal de Las
Artes “para su destino como contenedor cultural del Eje Prado-Recoletos”,
y se inició la rebaja de su protección histórico-artística
para poder derribarlo.
En marzo de
2013, se formalizó el convenio de colaboración con Ambasz
para la concesión directa y gratuita del solar.
El edificio
municipal ubicado actualmente en el número 30 del paseo del Prado
tiene una superficie construida de 3.029 metros cuadrados, dividida en
cuatro plantas y sótano, sobre un solar de 895 metros cuadrados
frente al Jardín Botánico. El Ayuntamiento de Madrid ha rebajado
su protección histórico-artística para permitir su
derribo. En su lugar, el arquitecto hispano-argentino Emilio Ambasz construirá
un inmueble de 3.672 metros cuadrados. Ganará, así pues,
un 20% de superficie, pero las condiciones de la concesión acordada
con el Ayuntamiento le obligan a diseñar ese volumen extra “de modo
que sirva para una futura expansión” del museo. Entretanto, “se
destinará exclusivamente a librería y restaurante”, y los
ingresos derivados de esos servicios servirán sólo para financiar
los gastos de funcionamiento.
Estas condiciones
forman parte del acuerdo firmado en marzo por el Ayuntamiento con la fundación
del arquitecto, que detalla todos los aspectos del proyecto. El valor de
la parcela se cifra en 4.610.149 euros, y el presupuesto para la demolición
y construcción del nuevo edificio asciende a 12.438.622 euros. A
esta última cantidad hay que sumar el valor de la colección
permanente, que corre a cargo de Ambasz.
El edificio
se inscribirá a favor del Ayuntamiento en el registro de la propiedad,
pero su mantenimiento (lo que incluye limpieza, agua, electricidad, seguridad,
etcétera) correrá a cargo de Ambasz durante los 75 años
de concesión.
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