Una vez establecida
la moratoria sobre los planes urbanísticos, lo que impide a los
municipios dar nuevos pasos administrativos que podrían condicionar
el futuro del Pativel, la Generalitat quiere saber de los ayuntamientos
la situación exacta en la que se encuentran todos los desarrollos
afectados por el plan.
En la carta
se reclama a los 60 ayuntamientos, «en la medida de sus posibilidades»
y «en el menor plazo de tiempo», que remitan a la conselleria
la información sobre los terrenos incluidos en plan.
Se trata de
elaborar el Pativel aplicando «los principios de seguridad jurídica»
y de «proporcionalidad de los actos de las administraciones públicas».
Se trata, en
definitiva, de no adoptar decisiones sobre suelo urbano prácticamente
consolidado o cerca de estarlo que puedan derivar en costosas indemnizaciones.
Urbanismo ha
establecido hasta 10 categorías o «estados» distintos
en la tramitación del suelo que van desde el de sectores de suelo
no urbanizable sin ordenación detallada y que no deberían
suponer ningún problema para su salvaguarda, hasta las unidades
de ejecución de suelo urbano, con ordenación detallada, con
PAI aprobado y obras de urbanización iniciadas.
La Generalitat
comunica a los ayuntamientos que una vez conocida la situación de
partida, se pondrá en contacto con los arquitectos y redactores
de planes municipales para «confrontar» los datos y «analizar
sobre el terreno» las propuestas del Pativel.
En cualquier
caso, la inclusión de suelos consolidados administrativamente, aun
cuando tengan clara vocación de formar parte de la infraestructura
verde difícilmente podrán reconvertirse en suelo no urbanizable
debido al elevado coste de sus rescate. De ahí la necesidad de analizar
con mucho detalle y disponiendo de la información municipal el estado
exacto de cada desarrollo urbanístico.
Según
los datos que maneja la conselleria de Vivienda, Obras Públicas
y Ordenación del Territorio, la gran presión sobre la franja
litoral ha hecho que en el primer kilómetro del litoral el 46% del
suelo este sellado (urbanizado), un 31% mantenga su carácter agrícola,
el 19% forestal y el restante 4% esté ocupado por masas de agua
y humedales.
Los tramos
de costa «virgen» (tramos en la que la ocupación por
elementos artificiales no supera el 10%) suponen el 22% de la línea
de costa de la Comunitat Valenciana.
En la franja
de 500 metros a partir de la ribera del mar (desde aquí hasta el
mar es el Estado el responsable de su custodia mediante la ley de Costas),
un 44% del suelo está protegido por la legislación medioambiental,
el 50% es urbano o urbanizable y el 6% es no urbanizable de régimen
común.
Según
informes de la conselleria, el Pativel se va a centrar inicialmente en
este suelo no urbanizable que supone más de 1.000 hectáreas
3.000 si se considera la franja de un kilómetro. Se trata de suelos
«con un alto potencial desde el punto de vista de calidad de la costa
y un recurso que conviene preservar, tanto por su escasez como por su multifuncionalidad».
Recuerda la
conselleria que estos suelos son «auténticas ventanas al mar,
de gran valor paisajístico», que a veces cumplen también
una función «trascendental» como corredores territoriales
o ambientales». Evitan la fragmentación del territorio y «protegen»
frente a riesgos naturales e inducidos como las inundaciones, concluye.
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