Los promotores
alertan, por otro lado, de que la recuperación económica
que se anuncia en el conjunto de la Comunidad Valenciana va más
lenta en Alicante, donde el peso de la construcción en la economía
es más importante que en el resto de las otras dos provincias, según
Provia. Y eso que entre enero y octubre de este año el Colegio de
Aparejadores ha registrado visados por un total de 3.377 viviendas nuevas
frente a las 2.746 que se visaron durante todo el año 2014 , y estima
a final de año se cierre con una cifra cercana a las 4.000, un 45%.
En este sentido, el presidente del Colegio, Gregorio Alemañ compartió
las impresiones de Jesualdo Ros. Alemañ consideró, en declaraciones
a la cadena Ser, que la medida no es mala pero también puede ser
perjudicial por su efecto sobre la construcción.
Los que se
mostraron completamente a favor fueron los conservacionistas de Ecologistas
en Acción, que apuntaron que la moratoria y el plan ofrecen una
oportunidad de oro para acabar con proyectos como el de Cala Mosca en el
litoral de la Vega Baja.
La reacción
de los promotores se produjo un día después de que la consellera
María José Salvador, firmara la orden por la que el Consell
ha establecido una moratoria de un año a la aprobación de
planes urbanísticos que impliquen recalificación de suelo
no urbanizable o urbanizable programado en los 500 metros de franja costera
entre Vinaroz y Pilar de la Horadada. La medida, que no afecta al suelo
urbano, prevé la protección de 43 millones de metros cuadrados
(4.300 hectáreas) en la Comunidad Valenciana, que no tienen ninguna
protección hasta que se redacte y apruebe el Plan de Acción
Territorial de la Infraestructura Verde del Litoral de la Comunidad Valenciana
(Pativel), un instrumento jurídico que fijará las medidas
de protección de la franja costera y los proyectos a desarrollar
para mejorar el paisaje litoral. La moratoria afecta a los 60 municipios
de la costa donde viven 2,7 millones de personas entre Alicante, Valencia
y Castellón, con una densidad de población de 850 habitantes
por kilómetro cuadrado.
La moratoria
de un año para aprobar nuevos PAI en la franja litoral de la Comunidad
Valenciana del Consell ha sido recibida con escepticismo y decepción
por parte de los constructores de Castellón. Consideran que la decisión
llega tarde porque el boom urbanístico vivido antes del estallido
de la crisis ya ocupó buen parte de la costa de la provincia y,
en la actualidad, «ni queda mucho donde construir ni hay solvencia
para la mayoría de constructores de la provincia para hacerlo en
estos momentos», explicó el empresario Fermín Renau,
miembro de la patronal en la provincia APECC.
No obstante,
asegura que es una mala noticia para atraer inversores foráneos,
de otras provincias o países, para desarrollar nuevos proyectos
urbanísticos en el litoral de la provincia. «Nosotros tenemos
pocos proyectos en la franja litoral que pudiera desarrollarse y si había
inversores de fuera buscando oportunidades, ya se les ha ahuyentado»,
insistió. Renau insistió en que, «por lo que conozco
la provincia, no sé si en Valencia y Alicante la situación
es igual, aquí hay ahora pocos proyectos en la franja litoral. Lo
que teníamos que hacer ya lo hicimos», afirmó. El empresario
matizó que existen algunas excepciones como Benicàssim donde
se han reactivado algunas promociones que han tenido una buena respuesta
por parte de la demanda pero no son la regla general. «En Benicàssim
apenas se construyó durante los años de la expansión
inmobiliaria y ahora, si se hacen un par de promociones es lógico
que hay una buena respuesta. Mientras en Moncofa proyectábamos mil
viviendas en Benicàssim eran sólo cinco, por poner un ejemplo»,
indicó Renau.Por este motivo, el constructor castellonense considera
que la medida del Consell pasará «sin pena ni gloria»
para la provincia. «Es sólo un año. No hay muchos proyectos
en esa franja litoral que estén pendientes de aprobarse. Ojalá.
Aunque de cara a futuros proyectos es una mala noticia porque aleja a los
inversores», añadió.
Tras casi ocho
años de crisis, el sector de la construcción en Castellón
sobrevive con dificultad con pequeñas obras y reformas. «La
construcción va un poquito mejor de la mano de la reforma, tipo
cocinas, baños y poco más. La promoción, hay poca,
la verdad. Algún autopromotor que pone en marcha una pequeña
obra y poco más», insistió Fermín Renau. El
constructor insistió en que la venta de pisos sigue muy estancada.
«Pequeños pisos se venden, operaciones de menos capital. Pero
queda mucho por vender y seguimos atados de pies y manos a los bancos.
Lo que se vende es a través de la Sareb y has de cumplir unos requisitos
muy estrictos», se lamentó el empresario de Castellón.
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