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18 de diciembre
de 2014
NOTICIA ADAPTADA AL SISTEMA
EDUCATIVO inmoley.com
DE FORMACIÓN CONTINUA PARA PROFESIONALES INMOBILIARIOS. © |
JORNADA inmoley.com DE CONDUCTOS
PREFABRICADOS DE HORMIGÓN.
Convertir conocimiento en
valor añadido:
Guía práctica inmoley.com de ingeneiría industrializada,
prefabricados de la edificación y guía de ingeniería
del agua, canalizaciones. Los conductos de hormigón son esenciales
en las redes de aguas residuales y drenaje de aguas pluviales
por su resistencia a los diferentes efectos químicos que pueden
provocar el daño de las tuberías de hormigón. La acción
de los agresivos químicos puede afectar a la durabilidad de
los conductos de hormigón utilizados en saneamiento y drenaje
Herramienta práctica
> Guías
prácticas
Normativa europea armonizada
de los conductos de hormigón (Instrucción EHE-08, UNE-EN
1916:2008, UNE-EN 127916:2014, UNE-EN 1917:2008, UNE-EN 127917:2005).
La durabilidad de una estructura
de hormigón se puede definir (según la Instrucción
EHE-08) como su capacidad para soportar, durante la vida útil para
la que ha sido proyectada, las condiciones físicas y químicas
a las que está expuesta y que podrían llegar a provocar
su degradación como consecuencia de efectos diferentes
a las cargas y solicitaciones consideradas en el análisis
estructural. Las principales características que la controla
son la cantidad y tipo de cemento, el espesor del recubrimiento, la relación
agua/cemento y, sobre todo, tratar que el hormigón sea muy
compacto para evitar la entrada y propagación de los agentes agresivos.
Los conductos de hormigón
cuentan con la normativa europea armonizada (UNE-EN 1916:2008, UNE-EN
127916:2014, UNE-EN 1917:2008, UNE-EN 127917:2005). La acción química
se debe a la presencia de sales solubles, sulfatos y ácidos; o a
los procesos de carbonatación, reacción árido-álcali
y corrosión de la armadura embebida en el hormigón. La acción
microbiológica sobre el hormigón suele ser despreciable.
Para minimizar, el ataque químico
a las tuberías de hormigón, hay una serie de soluciones
en función de las clases de exposición definidas tanto
en las normas del propio producto como en la EHE-08.
Los cementos recomendados son los
resistentes a los sulfatos de la norma europea UNE-EN 197-1:2011
(SR) o de la norma española UNE 80303-1:2013 (SRC) con adiciones
de puzolanas naturales, cenizas volantes silíceas o escorias de
horno alto [3, 4]. La utilización de cemento con adición
de materiales puzolánicos es beneficiosa, ya que fija la cal
y reduce la cantidad de sulfato cálcico (yeso) formado.
La resistencia a los sulfatos depende
de su contenido en aluminato tricálcico. En España, se consideran
cementos resistentes a los sulfatos, aquellos cementos de las normas
UNE 80303-1:2013 y UNE-EN 197-1:2011 que, por la composición
de su clínker, cumplen las especificaciones que se refieren
a límites porcentuales de C3A y C3A+C4AF. Los contenidos de
C3A y C4AF se determinarán por medio de las fórmulas
de BOGUE (UNE 80304:2009). Se puede destacar que no se especifica
ningún límite en el caso de los cementos de los tipos
CEM III/B y CEM III/C, los cuales, en razón de sus elevados
contenidos de escoria de horno alto, son siempre resistentes a los sulfatos.
En todo caso, la Directiva 91/271/CEE
sobre el tratamiento de las aguas residuales urbanas obliga a
la depuración de los vertidos antes de su evacuación a
los sistemas de colectores e instalaciones de tratamiento de aguas residuales
urbanas (Artículo 11, letra C del Anexo I).
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