14 de noviembre
de 2014
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JORNADAS SOBRE EL URBANISMO EN
CASTILLA-LA MANCHA
Convertir conocimiento en
valor añadido:
La Facultad de Humanidades de Toledo ha celebrado un seminario con la asistencia
de especialistas en diferentes campos que debatieron sobre los efectos
de la crisis en el urbanismo castellano manchego. María Ángeles
Rodríguez Domenech, profesora de Geografía y Ordenación
del Territorio de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) en Ciudad
Real, presentó una ponencia que llevaba por título «Urbanismo
y crisis en Castilla-La Mancha».
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prácticas
Rodríguez Domenech se refirió
a la «burbuja» inmobiliaria que se dio en la década
anterior como el «tsunami urbanizador» o la «década
prodigiosa», tal y como la definen algunos autores. A su juicio,
«Castilla-La Mancha fue una de las más privilegiadas debido
a su cercanía a Madrid, lo que provocó que en nuestra región
se construyeran las famosas ciudades fantasmas que han saltado a la prensa
internacional». En este sentido, citó los casos del Quiñón
en Seseña o Ciudad Valdeluz en Yebes, urbanizaciones que han quedado
paralizadas y son un paisaje de grúas. Puso como ejemplos «El
Reino de Don Quijote», el aeropuerto de Ciudad Real y los campos
de golf en Albacete y en Talavera de la Reina.
Según Rodríguez Domenech,
«en Castilla-La Mancha la transformación de suelo rural (no
urbanizable) en suelo urbano ha sido considerable. La ‘burbuja’ inmobiliaria
ha tenido un comportamiento mucho menos acentuado, pero no por ello ha
dejado de manifestarse a distintas escalas», como han demostrado
algunos estudios al analizar el incremento en el número de parcelas
urbanas y la evolución de la superficie de las mismas, especialmente
relevante entre los años 2000 y 2008.
Si nos fijados en la evolución
experimentada por el número de viviendas construidas, de viviendas
rehabilitadas y del precio medio del suelo desde 1995, la docente destacó
que «el ritmo de crecimiento de las mismas experimentó una
aceleración importante con el inicio del siglo XXI».
Rodríguez Domenech explicó
que la crisis económica ha paralizado el mercado de la construcción
y ha provocado, en primer lugar, un descenso de forma moderada y después,
a partir de 2008 -año en el que se construyeron 27.196 viviendas
nuevas-, un hundimiento hasta el último año recogido, que
es 2012, con 2.857 viviendas construidas. Sin embargo, el precio mantiene
cifras superiores a los 1.000 euros el metro cuadrado.
«La vivienda pasó de
tener un carácter residencial a un uso de inversión económica».
Según explicó, las políticas y leyes urbanísticas,
a través de los Proyectos de Singular Interés, también
han favorecido este comportamiento urbanizador. «La construcción
estaba ligada muchas veces a un sector turístico, sin tener en cuenta
el territorio y las características geográficas de la población
de un lugar».
Según Rodríguez Domenech,
las declaraciones de Proyectos de Singular Interés (PSI) perseguían
que una ciudad de apenas 75.000 habitantes proyectase 30.000 viviendas
nuevas; o en Seseña también se proyectaron 13.000 nuevas
viviendas en una población que no llegaba ni a los 10.000 habitantes.
En el caso de Ciudad Real, la provincia más afectada, destacó
las declaraciones de PSI del Aeropuerto Central de Ciudad Real (2003),
las plantas termosolares de Alcázar de San Juan (2005) y, por supuesto,
El Reino de Don Quijote (1999).
«Los responsables de esta
situación que vive Castilla-La Mancha se encuentran en todos los
estratos de la sociedad», afirmó la docente, que apuntó
a «las diferentes administraciones que han gobernado durante este
tiempo, a la iniciativa privada que comprometió la financiación
pública e incluso a los particulares, que han convertido su vivienda
en una forma de hacer negocio».
«Algunos hablan de derribarlos,
otros de que queden vacíos, aunque no sé si jurídicamente
esa opción es viable, y lo que yo entiendo que hay que hacer es
sacar partido a lo que tenemos con la generación de nuevos usos»,
manifestó.
Señala que «hay que
reducir el consumo de recursos, aprender y replantearse qué entendemos
por sostenibilidad y rentabilidad», por lo que apuesta por la reutilización
de esos espacios como centros para ancianos o para personas desfavorecidas.
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