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URBANISMO. LOS CONVENIOS URBANÍSTICOS DE MÁLAGA QUEDAN EN PAPEL MOJADO
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Las opciones de que el Ayuntamiento de Málaga ingrese los 58 millones de euros procedentes del convenio de La Térmica se desvanecen. Las conversaciones mantenidas por los responsables de la Gerencia de Urbanismo en los últimos meses con la aún propietaria del sector, Nueva Marina Real Estate, apuntan en la dirección de que el Consistorio acabará por quedarse con la mayor parte del aprovechamiento urbanístico de estos terrenos a cambio de renunciar a las aportaciones económicas a las que estaba obligada la filial de Endesa. 

Varias fuentes consultadas por este periódico señalaron que la fórmula de "dación en pago" es la que cobra más fuerza en el objetivo de desbloquear un acuerdo y que se encuentra inmerso en la vía judicial. Por una doble vía. De un lado, por la reclamación que Nueva Marina y el Ayuntamiento mantienen en relación a los preceptos marcados en el convenio firmado en el año 2008 y el pago de los mencionados 58 millones, y, de otro, por el concurso de acreedores en el que está inmersa la mercantil. 

Sobre los contactos, fuentes municipales destacaron el avance de las conversaciones con la parte privada, y aludieron a la disposición de las dos partes a llegar a un acuerdo final, para el que no existe una fecha cerrada. En esta misma línea se pronunciaron fuentes cercanas al proceso concursal. "Se están intensificando los contactos con el Ayuntamiento y parece que puede haber un acuerdo", expusieron, al tiempo que incidieron en que "la madre del cordero" en este concurso es alcanzar un punto de entendimiento con el Consistorio, al ser el principal afectado de la incapacidad económica de Nueva Marina. 

En relación con los contactos, estas últimas fuentes admitieron la opción de la "dación en pago", si bien también pusieron sobre la mesa la posibilidad "no descartada" de que el Ayuntamiento acepte un calendario de pagos asequible para la mercantil, lo que dejaría en manos de la empresa la titularidad sobre los aprovechamientos adquiridos con el nuevo PGOU. "Ambas vías están abiertas y la compañía tiene interés de llegar a un acuerdo en el sentido que sea", añadieron. 

Conforme a las explicaciones aportadas, se sigue la fórmula manejada con la propiedad de los antiguos suelos de Repsol, con la que suscribió una addenda al convenio original de manera que el Ayuntamiento recibía aprovechamientos urbanísticos a cambio de los 70 millones de euros que Novagalicia Banco adeudaba como parte del convenio suscrito en 2006. En concreto, dos tercios de los derechos adquiridos tras la decisión de triplicar la edificabilidad de esta pastilla de terreno, lo que se traduce en 1.300 viviendas y otros usos comerciales y terciarios, entre otros. 

En el caso concreto de los suelos de la antigua central térmica, las fuentes aludieron a que será "la mayor parte del aprovechamiento urbanístico" que aporta el actual Plan General de Ordenación Urbanística (PGOU). El documento, aprobado desde finales de agosto de 2011, fija la posibilidad de edificar sobre estos 116.000 metros cuadrados 874 viviendas, 273 de ellas de protección oficial. Al tiempo, se reservan más de 38.600 metros de techo para usos terciarios y empresariales. 

El previsible acuerdo pondrá punto y final a una larga senda, en la que, acuciada por la crisis económica y el descalabro de la industria del ladrillo, Nueva Marina Real Estate se ha visto incapaz a cumplir con su parte del contrato rubricado con la Gerencia de Urbanismo. Incluso, a pesar de la disposición mostrada por el equipo de gobierno a finales de 2011 de asumir rebajas de hasta un 30%. 

Al tiempo, lo ocurrido con los convenios de La Térmica y Repsol ponen de relieve el fracaso de la vía abierta por el Ayuntamiento en plena burbuja inmobiliaria, puesto que de los 140 millones de euros que se preveían ingresar en las arcas municipales con estos dos acuerdos, sólo han llegado a su destino 12 millones, correspondientes con el acuerdo de Repsol. Ello tiene una incidencia más que evidente sobre la realidad de la urbe, dado que buena parte de este dinero, al menos en el caso de los 58 millones del acuerdo con Endesa, tiene carácter finalista. La duda es cuándo será factible hacer realidad las intervenciones programadas con un dinero que sigue sin formar parte del presupuesto municipal.