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20 de noviembre
de
2013
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URBANISMO.
LA OPERACIÓN DE LA LA TORRE AGBAR DE BARCELONA REVALORIZA EL BARRIO
TECNOLÓGICO
Convertir conocimiento en
valor añadido:
El promotor fue la inmobiliaria Layetana, que se financió con un
leasing inmobilario con La Caixa y en 2007 vendió la torre a Azurelau,
sociedad, controlada por Antonio Vila y Santiago Oller. En 2009 Agbar ejerció
la opción de compra que tenía desde el principio sobre el
edificio. La compra de la torre fue una de las primeras operaciones después
de que el grupo francés Suez tomara el control de Agbar, empresa
que también está participada por La Caixa.
Herramienta práctica
> Guías prácticas:
urbanismo.
El grupo Agbar ha llegado a un principio
de acuerdo para vender el edificio a la compañía hotelera
Hyatt por un importe aproximado de 150 millones de euros, según
fuentes financieras. Hyatt reconvertirá lo que hoy son oficinas
en un espacio hotelero y lúdico, que operará bajo la marca
de lujo Grand Hyatt e incluirá restaurantes y otros espacios de
ocio, aprovechando que el edificio ya dispone de un auditorio. El plan
que ha diseñado Hyatt prevé una inversión de 35 millones.
Fuentes de Agbar declinaron comentar
la operación, que según fuentes financieras ya se encuentra
muy avanzada en su diseño. La inversión la realiza la sociedad
de inversión Emin Capital, una sociedad que preside Jordi Badia
y que es especialmente activa en Latinoamérica, con inversiones
en Perú, Chile, Colombia y México. Para financiarla, contará
con un préstamo de La Caixa y Banc Sabadell.
El alcalde de Barcelona, Xavier
Trias, ya ha sido informado del cambio de uso del emblemático edificio,
diseñado por Jean Nouvel e inaugurado en el 2005. El proyecto del
grupo hotelero estadounidense prevé que, tras el cambio de propiedad,
será un espacio abierto al público, que se estima que podría
atraer a 1,5 millones de visitantes al año, teniendo en cuenta el
interés que suscita entre los visitantes extranjeros. Podría
ser así un gran elemento dinamizador de una zona, el 22@, que se
está consolidando como un nuevo eje turístico, en un espacio
que se caracteriza por las sedes corporativas y universitarias como la
UPF. Aunque con la crisis la zona no ha alcanzado plenamente el objetivo
de convertirse en el parque de la llamada economía del conocimiento,
allí se encuentran por ejemplo las sedes de Indra, RBA, Vodafone,
Mediapro, TSystems o Atos Origin.
Los términos del preacuerdo
prevén que Agbar deje el edificio en el plazo de un año.
En la actualidad, trabajan en la torre unas 700 personas, la suma de las
plantillas del holding y de filiales como Sorea y Aqualogy. La compañía
que preside Ángel Simón ha explicado al Ayuntamiento que
su intención es buscar una nueva ubicación en Barcelona de
unos 3.000 metros cuadrados para situar la sede central del holding. Para
las filiales, se estudian otras ubicaciones.
La apuesta de Hyatt refuerza la
posición de Barcelona como punto de destino tanto de viajeros de
negocios como de turistas de alto poder adquisitivo. La marca Grand Hyatt
está especializada precisamente en hoteles de arquitectura espectacular
y dotados de instalaciones para reuniones de empresa y eventos sociales.
En Europa, está presente en Berlín, Mónaco y Estambul,
aunque es en Asia y Oriente Medio donde tiene mayor presencia. Entre sus
establecimientos más conocidos figura el Grand Hyatt Shanghai, el
hotel más alto del mundo.
La torre Agbar son 31 plantas sobre
rasante, con 50.600 metros cuadrados construidos, de los que 30.000 metros
son ahora espacio para oficinas. El resto son instalaciones técnicas,
aparcamiento y servicios complementarios, lo que incluye un auditorio.
Al principio, hubo algunos inquilinos, además de Agbar, pero desde
hace bastantes años la torre sólo alberga el cuartel general
del grupo de aguas, con lo que el espacio está bastante infrautilizado
y su mantenimiento resulta muy costoso. La venta a Hyatt será el
tercer cambio de propiedad desde que se estrenó el edificio en el
2005 y que, contrariamente a lo que popularmente se piensa, no siempre
ha sido propiedad de Agbar. El promotor inicial fue la inmobiliaria Layetana,
que financió la construcción con un contrato de arrendamiento
financiero (leasing) con La Caixa, hasta que en el 2007 vendió la
torre a Azurelau. Esta sociedad, controlada por Antonio Vila y Santiago
Oller, antiguos accionistas de la compañía farmacéutica
Almirall Prodesfarma, gestionó la torre hasta finales del 2009,
cuando Agbar ejerció la opción de compra que tenía
desde el principio sobre el edificio. La compra de la torre fue de hecho
una de las primeras operaciones que se hicieron justo después de
que el grupo francés Suez tomara el control de Agbar, empresa que
también está participada por La Caixa.
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