31 de enero
de 2014
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INGENIERÍA DE LA EDIFICACIÓN.
APLICACIÓN A EDIFICIOS DE NUEVA CONSTRUCCIÓN Y AMPLIACIÓN
DE EDIFICIOS EXISTENTES
Convertir conocimiento en
valor añadido:
guía práctica inmoley.com del auditor energético.
Certificación energética.
Herramienta práctica
> Guías prácticas:
Edificación.
Ingeniería.
El DB HE 2013 establece por primera
vez una limitación del consumo de energía para los
edificios de nueva construcción y la ampliación de los edificios
existentes, y emplea para ello el indicador de consumo de energía
primaria no renovable. La limitación al consumo energético
del edificio engloba el consumo de energía primaria no renovable
necesario para satisfacer las demandas energéticas de calefacción
y refrigeración, de agua caliente sanitaria, de equipos mecánicos
de ventilación y, en el caso de edificios no residenciales,
incluye también la iluminación.
El indicador utilizado es
uno de los indicadores objeto de estudio en la Certificación Energética.
Dicho indicador esta además incluido en la etiqueta de eficiencia
energética, conjuntamente con el indicador principal relativo
a las emisiones de CO2.
En los edificios de uso residencial
privado el consumo energético de energía primaria
no renovable se limita en función de la zona climática de
invierno a un valor que va desde los 40 kWh/m2•año para las zonas
? y A, a los 70 kWh/m2•año de la zona climática E.
A estos valores se les aplica un
coeficiente corrector que tiene en consideración la superficie
del edificio, de manera que se permite alcanzar valores más altos
dependiendo de la superficie del edificio, eliminándose la distinción
de exigencias reglamentarias entre vivienda unifamiliar y colectiva.
En los edificios de otros usos,
la exigencia está ligada a la calificación energética
para el consumo de energía primaria no renovable, cuya eficiencia
ha de ser igual o superior a la clase B según el procedimiento básico
para la certificación de la eficiencia energética de
los edificios aprobado mediante el Real Decreto 235/2013, de 5 de
abril. La enorme variabilidad de los consumos en función de
los usos ha obligado a mantener la exigencia en términos autorreferentes,
como se hacía en la Documento Básico HE del año 2006
y en el procedimiento básico de certificación energética
de edificios establecido en el Real Decreto 235/2013, de 5 de abril,
al cual se liga la exigencia.
Para determinar los niveles consumo
energético que se deben alcanzar se ha tenido en cuenta la
metodología del coste óptimo. Esta metodología es
compartida por los países de la Unión Europea, y permite
establecer los niveles de eficiencia energética óptimos
en las normativas nacionales teniendo en cuenta, a lo largo de un
período de 30 años (20 en edificios de usos distintos
al residencial privado), el coste de las medidas y los ahorros obtenidos
por los usuarios, para distintas condiciones climáticas y diferentes
tipos de edificios.
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