6 de marzo
de 2012
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Edificios.
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de la edificación.
El Plan de Rehabilitación
Energética de los Edificios que inicialmente afectaría a
500.000 inmuebles anualmente, para que en el plazo de 20 años se
haya actuado sobre todo el parque de edificios de este país, y que
en una gran parte se financiaría con los ahorros en energía
y generaría más de 150.000 nuevos empleos en el primer año,
que se incrementarían según avanza el programa. Esta propuesta
debe enmarcarse en la obligación que tiene España con la
Unión Europea de iniciar la transposición este año
de la Directiva 2010/31/UE de Eficiencia Energética de Edificios
y en la que se contempla la obligación de que todos los estados
miembros presentarán en 2012 un Plan Nacional de Edificios de Consumo
de Energía Casi Nulo a través de la integración de
las renovables y del autoconsumo, tanto en la nueva edificación
como en la rehabilitación de la existente, con objetivos intermedios
en 2015, para que en 2020 toda la edificación cumpla con ese criterio.
Esta iniciativa requiere otro Código Técnico de la Edificación
y que España cumpla con la anterior directiva y la nueva, estableciendo
la obligación de una certificación de la eficiencia energética
de los edificios para que no se pueda comprar, vender o alquilar ningún
edificio que no tenga calificación energética.
La Fundación lamenta que,
además de aprobar una nefasta moratoria para las energías
renovables, el Gobierno no se preocupe por el Ahorro y la Eficiencia de
Energía ignorando que actualmente la economía española
necesita consumir un 20 por ciento más de energía para producir
sus bienes y servicios que la media de la Unión Europea, lo que
supone una pérdida de competitividad creciente, al rivalizar con
economías mucho más eficientes. El potencial de desarrollo
tecnológico, de eficiencia, de competitividad, de desarrollo de
nuestras exportaciones, de progreso regional, de creación de empleo
y de impulso a una nueva base industrial para la economía es gigantesco.
Ese potencial de un sistema complementario basado en las tecnologías
de ahorro de energía y en todas las fuentes renovables tiene un
escenario prioritario: las ciudades, donde se concentra la mayoría
de los habitantes; el 60% de la población vive en el 10% del territorio.
Es prioritario, por criterios de eficiencia, afrontar los usos de
la energía en los sectores de mayor consumo, como son la edificación
y el transporte y por tanto se debe incentivar y promover el ahorro
y la eficiencia energética en el sector doméstico y en la
edificación, imponiendo la consideración del factor energía
en todos los desarrollos urbanos y de infraestructuras. Asimismo, la Fundación
Renovables reclama una reordenación de todo el sector del transporte
para ir limitando el uso del vehículo privado, elevando la cuota
del transporte público y por ferrocarril.
El enfoque en materia de Ahorro
y Eficiencia Energética debe acometerse desde una doble vertiente:
- Optimizando el proceso transitorio
desde la realidad actual hasta alcanzar los objetivos que se planteen,
fundamentalmente en los procesos de transformación de energía
primaria a energía final y en la cobertura de la demanda.
- Adecuando la demanda de
energía en función de las características de las fuentes
de energía disponibles, atendiendo a la necesidad de sustitución
de fuentes de energía no renovables, tanto por cuestiones medioambientales
y de seguridad de suministro como por idoneidad económica, en un
horizonte temporal amplio, por energías renovables.
La Fundación Renovables considera
que en las actuales circunstancias la actuación sobre la edificación
debe ser prioritaria, ya que el parque actual de más de 24 millones
de edificios requiere de un marco de actuación decidida, tanto por
el potencial existente como por los objetivos fijados en las distintas
Directivas. En esta línea la Fundación considera que es preciso
actuar en línea con las propuestas planteadas en su documento El
camino hacia la sostenibilidad energética:
-
Planes para que toda la nueva edificación y rehabilitación
de la existente se realice con el criterio de edificios de saldo
energético nulo.
-
Sistemas de certificación de eficiencia energética de edificios
y de inspección de instalaciones.
-
Establecer la obligatoriedad de que todas las licencias, autorizaciones
de obras, equipamientos e infraestructuras tengan un informe de impacto
energético.
-
Ampliación del marco de actuación con especificaciones de
renovación urbana sostenible.
-
Establecer en la Ley de Propiedad Horizontal y en las ordenanzas municipales
la obligatoriedad de una regulación energética y uso eficiente
de las temperaturas de las calefacciones y sistemas de refrigeración,
ascensores y ACS.
-
Extensión de la regulación de la eficiencia energética
en todos los edificios a las demandas de equipamientos, cargas de proceso
e iluminación. Modificación del Código Técnico
de la Edificación para aumentar las exigencias de aislamiento en
los edificios.
El punto central de esta actuación
debe ser el desarrollo de un Plan Nacional de Rehabilitación Energética
de Edificios creciente, del 2% el primer año (500.000 edificios),
y con un horizonte de rehabilitación total en 20 años. Se
deberá implantar un programa de incentivos fiscales en función
de la certificación energética y con instrumentos financieros,
garantizados por el porcentaje de reducción de la factura energética,
de acuerdo al concepto de óptimo de rentabilidad de la eficiencia
energética que establece la nueva directiva de edificios y que debe
constituir la base de actuación de las empresas de servicios energéticos.
La rehabilitación de los edificios públicos será inicialmente
del 3% cada año para su rehabilitación total en 15 años.
Por otra parte la Fundación
reclama un Plan de energías renovables de aplicación térmica
en la industria. En la edificación, la regulación debe promover
la integración óptima de la generación renovable distribuida
con el intercambio con la red de electricidad 100% renovable así
como la puesta en marcha de un plan global de etiquetado con niveles de
eficiencia mínimos obligatorios y desarrollo de incentivos/penalizaciones
como consecuencia del mismo, que acoja a los siguientes equipamientos:
vehículos, electrodomésticos y equipamientos, motores y edificios.
Para hacer realidad estas propuestas
es necesario el establecimiento de un marco de apoyo específico
para la incorporación de instrumentos financieros y administrativos
que ayuden a la puesta en marcha de las distintas iniciativas de eficiencia
energética, con el fin de romper las reticencias existentes por
parte del consumidor a invertir en programas de ahorro, situación
que se debe alcanzar por educación, información, medidas
obligatorias y señal de precio suficiente.
Este marco debe incluir el fomento
de las Empresas de Servicios Energéticos o agregadores de demanda
como instrumentos para conseguir los objetivos de ahorro energético
y gestión de la demanda en instalaciones de los consumidores; la
introducción con carácter obligatorio de la figura del gestor
energético como un apoyo necesario para poner en marcha, monitorizar
y hacer un seguimiento de los objetivos de ahorro en instituciones y empresas;
y la creación de entidades independientes para verificación
de ahorros como complemento a las ESE y los gestores energéticos.
Por último, la eficiencia
energética reclama la aceleración de la implantación
de las redes inteligentes con la obligación de incorporar TIC en
la edificación y en el urbanismo, considerando al consumidor como
elemento principal del sistema y adaptando las infraestructuras existentes
a modelos de gestión tipo Smart Grid (redes inteligentes). Esto
responde a la necesidad de acercar la generación al consumo y la
reducción del tamaño de cada generador, lo que requiere disponer
de un sistema de gestión y medida de gran capacidad y flexibilidad,
zonificando el marco de actuación en estructuras de redes inteligentes.
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