20 de enero
de 2012
NOTICIA ADAPTADA AL SISTEMA
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INGENIERÍA DE LA EDIFICACIÓN.
SUELO RADIANTE EN EL PATRIMONIO HISTÓRICO
Convertir conocimiento en valor
añadido: Pdf. Eb ingeniería
de la edificación. Climatización y suelos radiantes. Climatización
de la catedral de Burgos con sistema de suelo radiante removible.
Herramienta práctica
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Ingeniería
de la edificación. EBooks
de Ingeniería
de la edificación.
La imposibilidad de instalar un
suelo radiante por poder existir restos arqueológicos bajo la catedral
burgalesa, ha condicionado los trabajos de su acondicionamiento térmico.
Ante esta circunstancia, se está probando una técnica autoportante
que se puede montar y desmontar sin interrumpir el flujo de agua a través
del sistema que le permitiera un acondicionamiento térmico óptimo.
A pesar de ser una iniciativa demandada
desde hace años, lo cierto es que la intervención se ha mantenido
hasta ahora bloqueada debido a dos problemáticas: por un lado, existe
la posibilidad de que bajo el suelo actual de la catedral se encuentren
restos arqueológicos del siglo XVI, por lo que no se ha dado el
permiso necesario para poder colocar suelo radiante. Por otro lado, tampoco
en la actualidad se tiene permiso para poder realizar calas en solado que
permitan identificar estos posibles restos.
Ante esta situación, el arquitecto
e ingeniero industrial Carlos González-Bravo y la arquitecta especialista
en patrimonio Loreto Barrios Rodríguez, miembros del equipo de investigación
de Arquitectura e Ingeniería Sostenible de la Universidad Nebrija,
diseñaron y patentaron un sistema de suelo radiante removible que
pueda resolver la problemática surgida. La solución consiste
en un sistema de suelo radiante autoportante, desmontable y autónomo,
que posibilita el montaje y desmontaje del mismo sin interrumpir el flujo
de agua a través del suelo. La propuesta fue recibida favorablemente
por el Cabildo de la catedral, que finalmente ha dado vía libre
a realización de una prueba.
El sistema se puede asimilar a un
solado flotante convencional en el que la pieza de solado o baldosa flotante
contiene, en varias capas, los componentes del suelo radiante, esto es,
el aislamiento, los tubos de polietileno reticulado, el mortero de relleno
y, finalmente, el acabado del propio suelo. Estas baldosas apoyan en cuatro
patas, dos de las cuales tienen como misión la introducción
y extracción del agua calentada previamente. Como sistema de alimentación
se pensó en la cogeneración de calor mediante energía
geotérmica que se encontrara apoyado por un sistema convencional
(gas natural).
Uno de los objetivos de este sistema
de suelo radiante consistía en no dañar el actual solado
de la nave central, un mármol de Carrara con despiece semitriangular
y dos tonos diferentes. Además, debería permitir el acceso
a dicho solado para la realización de calas o el correcto mantenimiento
del mismo, sin que se interrumpiera en ningún momento el servicio
de calefacción.
Para ello, bajo las patas del solado
se aloja una amortiguación de neopreno que independiza las vibraciones
del solado y asegura la conservación del mármol original.
Por otro lado, las baldosas se bloquean en las patas mediante un sistema
de cierre, que a su vez permite el paso del fluido calefactor. Esta técnica
garantiza el desmontado y montado de las baldosas al tiempo que genera
los empotramientos en las cuatro esquinas (en el caso de baldosas cuadradas)
mejorando la rigidez de las piezas ante las cargas de ocupantes. Las patas
distribuidoras, a través de una geometría específica,
permiten el paso de las tuberías de ida y de retorno, dispuestas
en paralelo. La radiación se produce en la baldosa que alberga,
mediante un encapsulado de chapa, las distintas capas de un solado corriente.
En primer lugar, la base resistente que recoge todo, seguido de una capa
de aislamiento rígido sobre el que se disponen los tubos (polietileno
reticulado). Tras esta se dispone una capa de mortero conductor y terminado
con el acabado ad hoc. En este caso se proponía la disposición
de un solado similar al mármol de Carrara original, y que ya ha
sido empleado en otras partes de la catedral en recientes operaciones de
acondicionamiento de la misma.
Dado que el sistema se puede implementar
con la forma de solado que se precise, se hicieron pruebas para el diseño
de baldosas iguales a las de la nave central, extrapolando el sistema a
un trazado de piezas triangulares. Esto hace variar levemente la geometría
de las patas cuando no el funcionamiento del sistema que es idéntico.
En estos momentos se está
preparando una prueba en la catedral de Burgos, de una superficie aproximada
de unos 4,5 m2, con la finalidad de poder medir la franja de temperaturas
en altura y la eficacia del sistema así como su desmontado. Para
ello se encapsulará el tramo con tres paredes de vidrio, siendo
el cuarto lado del rectángulo, un muro de carga de la “capilla de
la Presentación”. Esta prueba podría realizarse con la colaboración
de la compañía Uponor.
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