Pasamos casi el 90% de nuestro
tiempo en edificios. Tienen un impacto significativo en nuestra salud y
seguridad. Al mismo tiempo, los edificios son un gran consumidor de energía
y materiales, y también tienen impactos ambientales y son costosos
de mantener.
La edificación sostenible
es una de las formas más eficaces de mejorar nuestras vidas y proteger
el medio ambiente. Puede contribuir eficazmente a lograr objetivos de sostenibilidad
global como el cambio climático, la creación de comunidades
sostenibles y prósperas y la promoción del crecimiento económico.
Los beneficios de la edificación
sostenible son medioambientales, sociales y económicos. Por tanto,
es muy importante construir y renovar de forma sostenible.
Un edificio sostenible es
el resultado de una filosofía de diseño que se centra en
aumentar la eficiencia del uso de los recursos (energía, agua y
materiales) al tiempo que reduce los impactos del edificio en la salud
humana y el medio ambiente durante el ciclo de vida del edificio, mediante
una mejor ubicación, diseño, construcción, operación,
mantenimiento y remoción.
Aunque la construcción
ecológica se interpreta de muchas maneras diferentes, una opinión
común es que deben diseñarse y operarse para reducir el impacto
general del entorno construido en la salud humana y el entorno natural
mediante (i) el uso eficiente de energía, agua y otros recursos,
(ii) protección de la salud de los ocupantes y mejorar la productividad
de los empleados, y (iii) reducción de los desechos, la contaminación
y la degradación ambiental.
Por lo tanto, consiste en
un edificio diseñado para ser ecológicamente correcto mediante
el uso eficiente de los recursos, el reciclaje interno, las fuentes de
energía renovables, los materiales de construcción reciclables
o biodegradables y la integración con el medio ambiente local, particularmente
en ubicaciones fuera de la ciudad. Los objetivos son reducir al mínimo
el impacto ambiental y tener en cuenta los factores de salud humana.
En definitiva, un proceso
integral de diseño y construcción que emplea técnicas
para minimizar los impactos ambientales adversos y reducir el consumo de
energía de un edificio, al tiempo que contribuye a la salud y productividad
de sus ocupantes.
La edificación sostenible
consiste en crear modelos de construcción, renovación, operación,
mantenimiento y demolición más saludables y eficientes en
el uso de recursos.
El sector de la construcción
es responsable de producir más de un tercio de las emisiones de
carbono
El planeamiento urbanístico
de las grandes ciudades tiende a propiciar construcciones con cero emisiones.
La actualización más reciente del plan urbanístico
de Londres establece que las nuevas construcciones deben ser carbono cero
neto, y exige que los promotores muestren los cálculos de emisiones
de carbono del ciclo de vida completo y qué medidas se han tomado
para reducir estas emisiones. El enfoque principal en los últimos
años ha sido mejorar la eficiencia energética de nuestros
edificios con la introducción de una nueva legislación y
un mayor enfoque en el carbono operativo en evaluaciones de sostenibilidad
como BREEAM - Evaluación ambiental del establecimiento de investigación
de edificios (BRE). Método - y LEED - Liderazgo en Energía
y Diseño Ambiental. Debido a estas mejoras, el carbono incorporado
ahora representa una mayor proporción de las emisiones de carbono
y esto seguirá aumentando con el tiempo.
Una opción que podría
producir beneficios considerables es especificar materiales con bajo contenido
de carbono. Muchos materiales de la construcción tendrán
Declaraciones de Producto Ambiental (EPD) que son Evaluaciones de Ciclo
de Vida verificadas y deben, como mínimo, proporcionar información
sobre el carbono incorporado al producto durante todo su proceso de elaboración.
Pero el mayor reto es la
obligación de prever la demolición del edificio si riesgos
medioambientales. Se debe considerar todo el ciclo de vida de un edificio,
lo que significa diseñar para la demolición al comienzo del
proceso de diseño. Esto podría significar la creación
de conexiones simples y reversibles entre componentes mediante las cuales
asegurarse de que los componentes no estén soldados o pegados, o
incluso minimizando la cantidad de componentes y materiales diferentes
utilizados en conjunto.
Es vital mantener un buen
registro de información de todos sus materiales para que quien reciba
el material al final del ciclo de vida del producto de construcción
comprenda el producto cuando se transmita. Con el BIM se pueden marcar
los elementos con sus propiedades estructurales, como el grado y el tamaño.
Cuanto menor sea el número de materiales involucrados, más
sencillo será este proceso y mayor probabilidad de que se logre
la reutilización de estos productos.
De estas cuestiones se trata,
desde una perspectiva práctica y profesional, en la guía
práctica de la Edificación sostenible. Gestión energética
de edificios.
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