Barcelona
recibe más de 17 millones de visitantes al año. Pero las
quejas locales sobre las desventajas del boom del turismo, desde el comportamiento
de los jóvenes a la falta de viviendas asequibles, han aumentado
considerablemente. Barcelona ocupa el quinto lugar en Europa en cuanto
a visitantes que pernoctan, detrás de Londres, París, Berlín
y Roma. Muchos de sus sitios más famosos se ubican en el centro
de la ciudad relativamente pequeño y alrededor del Barrio Gótico,
dejando la ciudad expuesta a los riesgos que tienen otros lugares turísticos
como Venecia.
Ada Colau,
la alcaldesa de la ciudad, ya había impuesto una moratoria sobre
la concesión de nuevas licencias de hotel poco después de
asumir el cargo en 2015, pero la nueva norma intensifica su lucha con la
industria turística local.
Manel Casals,
secretario general de la asociación de hoteleros de Barcelona, acusó
al gobierno local de "demonizar" la industria turística. "Esto no
solucionará ninguno de los problemas que están tratando de
resolver. Sólo perjudicará el crecimiento económico
y dañará toda la ciudad ", dijo.
La principal
fuente de disturbios, agregó Casals, eran los excursionistas y los
apartamentos de vacaciones alquilados a través de plataformas como
Airbnb. Por el contrario, el rechazo de los hoteles no tenía mucho
sentido, argumentó.
Los nuevos
hoteles y apartamentos vacacionales sólo se pueden abrir en el anillo
exterior de Barcelona, en un esfuerzo deliberado por distribuir a los visitantes
de manera más igualitaria alrededor de la ciudad. Actualmente, la
mitad de los alojamientos turísticos se concentra en sólo
el 17% de la superficie de la ciudad.
Sanz advirtió
que algunos de los barrios más idiosincráticos de Barcelona,
como el antiguo barrio pesquero de la Barceloneta, estaban perdiendo su
"esencia" como resultado del turismo. "Hay algunos barrios que se están
vaciando porque la gente ya no puede permitirse el lujo de vivir allí.
Los pisos normales están siendo reemplazados por apartamentos turísticos
", agregó Sanz.
El gobierno
de la ciudad también está intensificando la lucha contra
los apartamentos de vacaciones sin licencia, la planificación para
aumentar el número de inspectores de 12, cuando llegó el
nuevo gobierno a 110 en 2018. Barcelona ha cerrado ya más de 1.000
apartamentos turísticos sin licencia.
ZONAS AFECTADAS
La ciudad se
dividirá en cuatro zonas: la primera –de crecimiento– aglutina la
mitad de las plazas hoteleras en Barcelona, formada por Ciutat Vella, parte
del Eixamble, Poblenou, Vila Olímpica, Sant Atoni, Pobre Sec y Hostafrancs;
la segunda –de congelación; la tercera y la cuarta, la periferia.
En la llamada
‘área de crecimiento’, el centro, estará prohibido abrir
establecimientos turísticos aunque se cierren otros. Tampoco se
podrán ampliar los ya existentes.
En la zona
de congelación solo podrán inaugurarse más locales
siempre y cuando se cierren algunos de los existentes.
En las regiones
tres y cuatro se contempla un incremento limitado de la oferta de camas.
DECLARACIONES
La teniente
de alcalde de Ecología, Urbanismo y Movilidad, Janet Sanz, ha defendido
que se trata de un paso decisivo para la regulación del turismo:
“Hace falta acabar con la barra libre que actúa sin control en la
ciudad”, ha dicho, y ha celebrado que ningún grupo municipal ponga
en duda la necesidad de regular dónde se instalan los alojamientos
turísticos.
El concejal
de Arquitectura, el socialista Daniel Mòdol, ha asegurado que el
Peuat permitirá dar solución a algunos de los problemas que
genera el turismo en la ciudad, y ha recordado que la redacción
del plan ha estado rodeado de polémica, aunque ha resaltado que
esta situación ha servido para “dejar claro que era necesario abordar
la regulación”.
El Gobierno
municipal ha presentado en el mismo pleno, por exigencia de ERC para apoyar
el Peuat, un plan de choque contra los pisos turísticos ilegales,
por el que se doblarán este año los inspectores y los visualizadores
-de 20 a 40 cada uno- y se añadirán más en 2018 -hasta
un total de 110-, ante lo que Alfred Bosch (ERC) ha resaltado que los republicanos
seguirán apretando para lograr medidas que beneficien a los vecinos
para acabar con un “festival que no se puede permitir Barcelona”.
El portavoz
republicano, Jordi Coronas, ha defendido que el Peuat es necesario para
que la ciudad no base todo su modelo económico en el turismo, y
ha recordado que su acuerdo con el Gobierno de Colau permitirá también
volver abordar con los vecinos los hoteles previstos en Drassanes y Rec
Comtal y el albergue de la Vila Olímpica.
La líder
municipal de la CUP, Maria José Lecha, ha atribuido su abstención
al “chantaje” que ve el Ayuntamiento para aprobar el plan -ha dicho que
se parece al que recibe su partido por parte de la Generalitat para aprobar
los Presupuestos-, y ha declarado la guerra al crecimiento turístico
en Barcelona, que considera que continuará en los barrios que no
están incluidos en las zonas 1 y 2 del Peuat.
Jordi Martí
ha asegurado que CiU se ve “obligada a votar en contra, y no lo hace nada
satisfecha”, porque ha intentado por todos los medios convencer al Gobierno
municipal de que se trata de una mala herramienta urbanística que
ha contado con un sesgo ideológico, también de los que han
votado a favor del plan, que ha empeorado con sus aportaciones al volverse
más restrictivo.
ASPECTOS
JURÍDICOS
El pleno ha
rechazado una propuesta del dirigente del PP para que el Gobierno municipal
presente un informe sobre los efectos del Peuat y de la suspensión
de licencias aprobada en julio de 2015 y para especificar la “posible responsabilidad
personal” de los concejales que hayan votado a favor del plan, algo que
han apoyado el PP, CiU y C's y que han rechazado el resto de grupos.
Sanz ha garantizado
que el Peuat está jurídicamente blindado, mientras que Mòdol
ha recordado que el PSC en su momento también rechazó la
suspensión de licencias en toda la ciudad, pero ha ironizado: “El
único título que se nos ocurre para el informe es 'Peuat
Horror Show”.<<<<El consejo de Gremios de Comercio, Servicios
y Turismo de Barcelona y el Gremio de Hoteles de Barcelona han rechazado
el Plan Especial Urbanístico de Alojamientos Turísticos (Peuat)
al considerar que "no es una herramienta para ordenar el turismo y no hace
frente a la gestión real de la actividad" en la ciudad, han informado
en sendos comunicados.
|